Este programa es atemporal. La idea es no hablar tanto del
momento del tiempo en el que estamos.
Pero al ser un podcast, algo que está grabado, algo que
podés escuchar no necesariamente los viernes a las 20:00 hs, algo que podés
escuchar en cualquier momento desde la página de
spreaker o descargándolo para
escucharlo en tu compu, en tu celu o en tu reproductor de mp3, digamos que
tiene poca posibilidades de mistificación.
A vos, como a mí, te habrá pasado más de una vez de escuchar
un programa de radio, de pasarlo muy bien, y desear que no se termine. Pero tal
como dice la canción de vox dei, todo tiene un final, todo termina, así que se
cumple la hora y chau. Incluso lo querés volver a escuchar, porque sí, porque
te hizo sentir algo…
Pero a no ser que te hayas tomado el mínimo trabajo de
grabarlo, o que alguien lo haya hecho o vos y te lo preste para que te lo
copies, no podés volver a escucharlo…
Seamos sinceros, ¿cómo podés saber de antemano que un programa de radio
te va a hacer sentir algo, y que al terminar de escucharlo te vas a decir “qué
boludo cómo no lo grabé"?
O por ahí lo estabas escuchando y corriste a buscar un
cassete y aunque sea lo grabaste por la mitad.
Incluso cuenta la leyenda que en
el parque Rivadavia ser vendían casettes que tenían grabados especiales sobre
Julio Córtazar, o Luca Prodan o Led Zeppelín,(por tan sólo ciar unos ejemplos)
hechos por el señor Jorge Lanata en su programa LA HORA 25, que iba a la
medianoche por la FM Rock & Pop, cuando estaba en el 106.3 mhz, a la derecha
del dial. De hecho, tengo en mi poder cassetes con esas emisiones grabadas. Lo
cual le da a esas emisiones un valor
importante, porque ese programa nunca más se volvió a hacer, y porque además el
tiempo pasa para todos y jorge Lanata ya no es la misma persona.
Pero este programa sí que lo podés volver a escuchar. Sino
pudiste hacerlo un viernes a las 20:00 hs, tenés la tranquilidad de saber que
disponés de cualquier momento para hacerlo. Y eso está muy bueno porque te da
la posibilidad de manejar tus tiempos y disponer del momento adecuado para
escucharlo. Y no sólo eso, sino que lo podés escuchar cuantas veces quieras.
Ahora... no es lo mismo.
Porque si sentiste algo escuchando algunas de estas 42
emisiones de CORTINAS EN LA RADIO, vas a intentar sentir algo escuchándolo una
segunda vez, o quizá una tercera, o más, hasta que ya no sientas nada y descubras que en tal párrafo me comí una ese, o me falló la voz, o pronuncié
mal un nombre o di una información errónea. Y eso es un poco una desventaja
para los dos ¿no?
Para mí porque expone mis falencias (cosa que después estará
en vos perdonarlas o pasarlas por alto). Y para vos porque lo que tal vez
mistificaste, ahora es algo terrenal y humano. Algo con defectos y virtudes.
Parafraseando a aquel dicho que dice que el lugar al que has
sido feliz no deberías tratar de volver, podría decirte que si un programa que
te hizo feliz, no deberías volverlo a escuchar.
Sabés tan bien como yo que muchas de las películas, libros,
discos o cualquier otra obra de arte que nos haya conmovido, no son perfectas. Este programa
tampoco es perfecto ni pretende serlo.
Creo que en estos casos la perfección no es tan importante,
sino lo que pudiste sentir, la conexión que pudimos establecer. Vos ahí, en tu
hábitat y yo acá, en esta habitación con poca luz y cortinas cerradas.
Porque a través de este programa busqué eso. Hacerte sentir
algo. Brindarte un momento mágico, volátil, poético. Un momento bello. Un
momento en el tiempo.
Empezó siendo un microprograma de 10 minutos. La versión radial
de mi blog
CORTINAS DE BAÑO. Las primeras palabras fueron “no tenía ni idea de
que se podía hacer radio por internet”.
Luego fue mutando, pasando por varios estados. Cambié el nombre
por el de CORTINAS EN LA RADIO, apareció la música, se estiró la duración. 15
minutos, después 20, después 30, 40 y a veces hasta una hora.
Entre otras cosas te hablé de LAS PALABRAS, LA GENERACIÓN X, FACEBOOK, EL
AMOR, LA TRISTEZA, LA SOLEDAD, EL TIEMPO, FERNANDO PESSOA, ROBERTO ARLT,
SPINETTA, BRUCE SPRINGSTEEN, ELVIS PRESLEY, LA NOSTALGIA, LEONARD COHEN, LA
NAVIDAD, LAS NOCHES, LA LIBERTAD, LOS DÍAS EXTRAÑOS, LAS CANCIONES TRISTES...
Fue una transformación, una evolución propiamente dicha. De
unos programas un tanto improvisados a estos últimos, más estructurales y con
un eje central.
Y la verdad es que disfruté de emitir estos 42 podcast. Y no
te puedo explicar lo contento que me pone cuando alguien se toma la molestia de
contarme que al escuchar el programa sintió algo.
Digamos que cada programa es como una botella al mar. Que
soy un naufrago transmitiendo desde una isla desierta. Soy un tipo que desde la tenue luminosidad de
una habitación está mandando señales al centro de tu cabeza.
Como vos, hay programas que me gustaron más que otros.
Programas que quedaron una pinturita y otros que no tanto.
Pero por ahora este naufrago va a dejar de mandar señales
por un tiempo.
Los programas quedan en la página. Podés hacer con ellos lo
que quieras. Como dicen los actores que
hacen teatro a la gorra “si te gustó recomendalo, y si no te gustó,
recomendáselo a alguien a quien le tengas bronca”.
Yo desde aquí me despido. Y recordá esto, no te hagas mierda. Disfrutá de los
placeres con moderación, y también de tu libertad. La vida es larga y hay que
seguir bailando hasta que la fiesta termine. Viví pensando en que mañana es
mejor. Viví pensando eso aunque el pasado te haya parecido mejor.
Adiós, hasta
que volvamos a vernos…