¿Tenés ganas de hacer una revolución? ¿Tenés espíritu
revolucionario o sólo sos una típica persona reaccionaria que anhela salir en
los diarios? Desde el confort es muy difícil hacerla, por lo general las
revoluciones provienen de un estado de hambre y miseria. Salvo que hagamos una
revolución de pensamiento, una revolución basada en pequeños actos de protesta
que inciten a la toma de conciencia y al cambio de actitud.
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