Cuando empecé a pensar y hacer
este programa, me permití imaginar al oyente ideal. Y lo primero en lo que
pensé es en la gente sola, la que llegada la noche necesita compañía. Y no me
refiero a la compañía de la Tele ni a la compañía de la compu conectada a internet, no. Me refiero a la compañía de la radio. Pensé en la gente que necesita de eso que
alguna vez la radio nos supo dar y que hoy se encuentra en cuentagotas. Pienso
en el tipo grande que vive solo cenando con su radio spica, pienso en la chica
desengañada, o en los que sienten ganas de explotar y hacer algo pero no saben
qué. En realidad pienso en todo tipo de oyentes, pero principalmente pienso en
los que están solos.
Los imagino en una habitación con
muy poca iluminación, tirados en la cama, mirando el techo, o también tomando
unos mates en la cocina, o fumando, o sorbiendo una taza de té o de café. Los
imagino en silencio, pensativos, voladores, a veces angustiados, a veces
vacíos…
Al hacer este programa no puedo
evitar el hecho de pensar en ellos. Y a esos que se sienten solos, o a los que
alguna vez lo estuvieron y ya no lo están pero entienden el sentimiento, a los
que disfrutan de estarlo, o a los que están solos porque no les queda más
remedio, sepan, que cuando grabo cada emisión de CORTINAS EN LA RADIO, pienso
en ustedes, pienso en qué van a sentir cuando escuchen esto, me pregunto si
podrán conectar con esta línea y sentir la magia que quiero transmitirles, y
también me pregunto si esto servirá, para aunque sea por un momento muy
chiquito, sientan que no están solos…